jueves, 10 de diciembre de 2009

Al parecer según los teólogos,
los idealistas, los soñadores, los filósofos,
los creyentes, los espiritualistas,
los optimistas y la abuelita de mi mamá:
Sólo lo terrible, funesto, miserable,
desgarrador, torturante, fatal y doloroso
puede tener el   "dulce sabor de la esperanza"...


Aida Beccaria       

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